Ricardo suspiró, ya desesperado.
—No es que no entienda, es que ella no puede escucharte ahora. ¿No te dijo la enfermera que está en cirugía?
Se encontraron frente a la casa de Marina. Esa noche, Marina había cancelado la cita con Ricardo porque planeaba ir al aeropuerto para despedir a su hermana y a los dos niños.
Pero, después de un buen rato esperando, Perla no regresaba. El carro que trajo las obras y los guardaespaldas ya había llegado hacía tiempo, y ella nada de nada. La llamó varias veces y no consiguió comunicarse.
Mientras esperaba, muerta de ansiedad, Orión encontró una noticia de la explosión de un carro en internet.
En cuanto vieron el video, reconocieron a Perla y a César.
Marina solo quería salir corriendo a buscar a su hermana. Pero, antes de que pudiera, Ricardo la llamó. Él también había visto el video y, preocupado de que hiciera una locura, fue a su casa para acompañarla.
—Teresa, ¿qué diablos haces aquí? —Marina preguntó en voz alta, poniéndose a la defensiva.
Se