Se levantó y sacó el viejo teléfono del cajón de hierro. Adentro, tal como esperaba, había un mensaje de respuesta de esa persona.
—El trabajo ya está hecho.
Teresa no pudo aguantarse y empezó a reírse como una loca por toda la habitación.
—¡Ja, ja, ja! ¡Ahora solo soy yo! ¡Ya nadie puede volver a reemplazarme!
La empleada que andaba afuera, al escuchar esa risa escalofriante, se estremeció toda.
—¿Qué estará haciendo la señora Teresa? ¿Estará viendo una película de terror a estas horas?
Después de reírse, Teresa volvió a desbloquear el celular para ver el video de la supuesta muerte de Lorena.
Pero lo que vio fue una donde César aparecía rescatando a Lorena entre las llamas, cargándola hasta la ambulancia...
El primer video solo mostraba la explosión del carro, no había salido nada del rescate.
¿Esa maldita no estaba muerta?
Teresa casi se vuelve loca, revisando el video una y otra vez, buscando detalles.
¡La habían salvado! ¿Cómo demonios había logrado César salvarla?
¡Segurito esa d