Andi estaba tirado junto a la puerta entreabierta, moviendo el trasero de un lado a otro de lo inquieto que estaba. Hace un rato había vuelto a mirar y vio que los adultos iban al comedor. Cerró la puerta y se dejó caer al piso junto a su hermano.
—Si él ya se casó con la tía, ¿eso quiere decir que ahora sí podemos ir a visitar al señor César? El tío Ricardo y el señor César se llevan súper bien, son panas. ¡Y mami y la tía son uña y mugre, son el dúo perfecto! —dijo Andi emocionado, ya diciendo “tío” como si nada.
Orión no dijo nada, solo lo miró como si estuviera diciendo algo común.
César muy probablemente era su verdadero papá. Andi lo había visto un montón de veces y ni se imaginaba que ahí había algo raro.
Orión empezó a sospechar desde que vieron al abuelo Balan en el hospital. Estos días había estado buscando información por internet. Seguro su mamá y César se conocían desde antes.
Claro, eso todavía era solo una teoría. Le faltaban pruebas para acusarlo.
Apenas acabó la cena,