—Si no pido disculpas, ¿qué vas a hacer, pegarme? —Marina movió un poco las muñecas, y en sus ojos se veía la rabia. Hacía mucho que no peleaba con nadie, ya casi no podía esperar para derribar a esos tipos.
Ella no era una mujer débil ni indefensa. Celeste la había entrenado en artes marciales desde pequeña.
—Lo que le hiciste a Josie, yo lo haré...
Antes de que terminara de hablar, Ricardo dio un paso al frente y se plantó frente a Dylan, mirándolo con una calma tensa y un tono sombrío:
—¿Qué quieres hacer?
Dylan, sin previo aviso, se sintió completamente intimidado por la presencia de Ricardo. Su cuerpo retrocedió sin pensarlo, y en seguida su frente empezó a sudar frío.
—Yo...solo
Josie Baron vio que la tensión aumentaba, así que se adelantó y tiró de la manga de Dylan, intentando calmar la situación.
—Dylan, no te enojes, yo estoy bien —dijo con cara de preocupación.
Dylan tragó saliva nerviosamente, sintiendo que estaba perdiendo toda su dignidad, y resopló:
—No voy a rebajarme c