Tú lo decidiste.

Gia.

Rodeada por estas estructuras color crema, con todas estas personas viéndome al mismo tiempo que Arthur, me siento atrapada. No quiero armar un escándalo pero tampoco quiero seguir aquí, así que miro a todos lados y, por suerte, veo un pasillo libre de personas.

Sin mirar atrás me dejo guiar por el pasillo hasta el final. Me sorprende ver dos escaleras que no son las principales, y decido irme por la de la mano derecha. Subo, pensando en buscar un  balcón para tomar aire libre, pero no lo consigo, en cambio, me encuentro en un estudio biblioteca alumbrado cálidamente por un elegante candelabro.

Me adentro al lugar, deseando tener una cámara para fotografiar la estética maravillosa que tiene. Justo este espacio no se siente moderno, es como si estuviera en el estudio de un viejo poeta.

Mis dedos rozan por los libros en los estantes. Y por un momento puedo imaginarme aquí, con una taza de café, revisando mis fotos en la computadora, rodeada de todos estos libros de leyes, ciencias sociales y… ¿Psicología oscura? Ley de atracción, roles sexuales, juegos sexuales y… ¿sadomasoquismo? ¿BDSM?

Mis manos dudan en tomar el libro con esas iniciales. No es como si no supiera lo que significa, soy de la generación Z, y por supuesto que he visto algunas películas sobre este tema, ¿pero por qué estos libros están aquí?

Pienso y entonces todo comienza a ir teniendo algo de sentido. La mujer de esta madrugada tenía una correa de cuero, y por lo poco que conozco, creo tiene que ver con este mundo erótico oscuro.

Mi piel se eriza.

¿Esto es lo que es Arthur Orlov? ¿Es como los personajes de esas películas sexuales? ¿Domina, castiga, tiene esclavas? ¿O es… un negocio?

Sacudo la cabeza, sabiendo que las preguntas debo hacerlas a él. Entonces con el libro en mano, y demasiado curiosa por saber qué cosa podría encontrarme, tomo asiento en el sofá de cuero marrón; pero justo sentada aquí tengo la vista directa del escritorio y entonces veo… Su nombre en un lapicero.

¡Es su oficina! ¿Cómo no saberlo? Demonios este lugar no se siente como él.

No quiero meterme en problemas así que vuelvo al estante para colocar el libro allí, pero un perfume familiar inunda el espacio y de repente, un estornudo.

—Veo que tiene un olfato sensible —dice, con ese mismo tono. Que no es alto, ni bajo, es medio, seguro, potente, y me inquieta de una forma en que no sé explicar—. ¿Está molesta conmigo, señorita Norwood?

Decido darme vuelta con los brazos cruzados. Quiero ser fuerte, pero aunque está en la entrada alejado de mí, siento como si estuviera a solo centímetros. Ese rostro sin expresión, sus manos grandes escondidas en los bolsillos del pantalón, y esa mirada profunda, me debilitan.

—Quería tomar una copa y no me lo permitió… —declaro.

Su rostro sigue neutro al responder.

—¿Yo dije algo? ¿La retuve en su lugar? ¿Le quité la bebida de la mano?

Mi respiración se agita sobremanera porque es… ¡Demonios! ¿Cómo puedo explicarlo sin parecer tonta? Yo sentí su orden hacia el mesero, ¡lo vi! Pero claro, él tiene razón. Pude ir tras el mesero, pude hacer algo pero no lo hice.

—Quiero irme y su grandulón me dijo que todos pueden irse menos yo… —cambio el tema.

—Usted me dijo que quería hacerme unas preguntas. Pienso responderlas después de que acabe la fiesta.

Lo miro, sintiéndome tan… obstinada de repente.

—¿Y por qué no ahora? Estamos aquí los dos solos, ¿puede responder mis preguntas y luego dejarme ir? Porque siento… —Trago hondo y me detengo, sin poder verlo.

Quiero decirle que me siento acorralada, observada por él, pero no sé si sea bueno decirlo.

Entonces siento el perfume mucho más cerca, y mi corazón se acelera cuando lo tengo a tan solo unos diez centímetros.

—¿Qué siente, señorita Norwood?

Mi frente casi queda por debajo de su hombro así que, tengo que alzar la cabeza para verlo mejor, lo cual es bastante intimidante y… caliente. Sí. Tengo que morderme la lengua para no hacer un sonido ridículo. Me siento como una mojigata con solo tenerlo cerca. No me está tocando, pero siento como si lo hiciera, y mi cuerpo comienza a hormiguillar por todas partes anhelando saber cómo se sentiría bajo su tacto.

—Y-Yo... Usted tiene… —Aprieto mis manos a los costados de mi vestido intentando controlar mis nervios—. N-No sé por qué me quiere aquí. ¿Por qué me dijo que no hablara con nadie y me hizo seguirlo como si fuera una... niña?

La verdad es que nunca me ha gustado ser tratada de esta forma. Lo mío no es seguir normas estrictas, no después de que crecí en una familia en donde si yo hacía algo malo o bueno era castiga por igual.

Su rostro se inclina hacia abajo tan solo un centímetro, haciéndome sentir pequeña, de una forma en que no me recuerda a mis padres.

—Tú lo decidiste, Gia —responde, evaluando mi rostro que está confuso—. Tú decidiste ver por esa ventana. Tú decidiste venir. Tú decidiste ponerte ese vestido. Tú decidiste seguirme, yo no te tomé de la mano y te obligué…

Mi cabeza da vueltas, entre su forma repentina de tratarme con más confianza y la razón de sus palabras. Porque es cierto. No estoy aquí por obligación, por querer tener respuestas sobre Lev o Dimitri, estoy aquí porque hay algo de este hombre que me hace sentir curiosa, ansiosa, e inesperadamente pasiva.

—Bueno, yo… —Trago hondo, siendo valiente al verlo fijamente—. Creo que tiene razón, lo… siento.

A este punto ya respiro con dificultad, sin saber qué hacer con esta cercanía. Porque entre más tiempo lo tengo cerca, más se mojan mis tangas de hilo.

—No tienes que disculparte por eso, ni pensarlo demasiado...  —Su mano grande va a mi cuello, mi entrepierna se estremece y suelto un jadeo profundo que me avergüenza. Pero él no se inmuta, solo asiente lentamente mientras me mata con esa mirada y agrega: —Estás aquí porque eres una buena chica, Gia. Justo lo que imaginé desde la primera vez que te vi.

 Y de pronto, ya no sé si quiero que me deje ir.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP