Todo lo que quieras.
Maratón 1/3
Gia.
La primera vez que pisé su habitación, estaba completamente desarmada; excitada, con algo de miedo, tan mortificada. Ahora mientras las paredes oscuras parecen caer sobre mí con su mano en mi cintura, me siento segura, emocionada, preparada.
Arthur se ha encargado de dejarme claro que lo que siente por mí no es simplemente una obsesión. Lo he visto en sus acciones; la forma en que se ha desmoronado frente a mis ojos después de haber sido tan frío e intolerante en el pasado. Su cercanía conmigo ha sido lo más satisfactorio: nuestro maravilloso beso en público, sus manos desnudas contra mi piel, su apoyo al verme quebrada. Y el simple hecho de traerme devuelta a su mansión, es demasiado.
No sé qué pasó con él, pero no es el mismo hombre que conocía. Al menos no conmigo.
Es este último pensamiento el que me recuerda que, a pesar de todo, debo ser precavida. No dejarme perder como antes. Porque me ha admitido lo que ocurrió con Lev, y aunque me hiera, en mi corazón abruma