Este es tu castigo.
Gia.
—Sí, así… —gruñe, ronco, separándose de mi coño urgido, y me ve—. Veremos qué tan dispuesta estás a soportar por mi perdón.
Tengo miedo de lo que pueda hacer. Estoy tan al borde ahora mismo, tan caliente, que si solo…
—¡Argh! ¡A-Amooo! —grito, ahogada, con tres de sus dedos en guante dentro, solo allí, sin moverse.
—Resiste…
—A-A-Amo… —Lo miro, aterrada. No puede hacerme esto. No puede. Mis lágrimas salen sin parar—. No puedo… No podré… Yo…
El calor me sube por los muslos. Incluso puedo sentir mis paredes rodeándolo lentamente. Si tan solo se mueve estaré perdida.
—Si no puedes resistirlo entonces sabes cuál es el próximo paso, Gia. ¿Eso es lo que quieres?
Niego con la cabeza, impotente, tan vulnerable, con mi pobre corazón latiendo a mil por segundo.
—N-No, mi señor…
—Entonces resiste.
Y tengo que hacer una fuerza sobrehumana para no correrme con sus tres dedos moviéndose hasta el fondo de mi coño.
Sale, entra, gruñe. Y me gustaría que el sonido de sus dedos golpeando con mis l