El verdadero Arthur.
Gia.
En el momento en que siento la SUV irse, me desplomo. Pensé que no tendría más lágrimas que soltar, pero las tengo.
Lo estoy dejando, como dejé a mis padres.
Lo estoy dejando, porque él solo puede ofrecerme castigos, indiferencia, dolor, y una recompensa que no se compara con la paz y el amor que sé que merezco.
Me duele, profundamente, como si acabara de arrancarme un pedazo de piel quemada, y me desespera, porque lo deseo, anhelo tenerlo cerca, pero me he dado cuenta, que al final, no vale la pena.
No puedo permitir que me destruya la vida, perder todo lo que he construido hasta ahora. No puedo manejar su forma de hacer las cosas y ser yo misma a la vez, así que, ahora debo intentar continuar con mi vida.
Me repito que fue una semana. Que lo que vivimos no fue gran cosa, que lo que sentí, fue alimentado por mi pasado, por la muerte de Lev, por mi atracción hacia él.
Y se convierte en mi mantra cada que el recuerdo me consume.
“Solo fue una semana. Tendrás tiempo para superarlo.