POV Dominic
Llego al restaurante. La encargada me recibe con la misma sonrisa profesional de siempre.
—Oh, señor Santoni. No lo veo en la lista de reservas.
—No reservé —le respondo con una sonrisa.
—Entiendo, pero como verá… hoy estamos completamente llenos.
Hace una pausa, como midiendo mis intenciones.
—¿No puede hacer una excepción? —le pregunto, sin perder la calma.
—Lo siento, señor… —me dice con firmeza—. Ni siquiera por el esposo de la chef.
Sus ojos se abren como platos al darse cuenta de lo que acabo de decir.
—¿Disculpe? ¿Qué dijo?
—Dígale a Valentina Santoni que su esposo está aquí.
La veo alejarse rápidamente, algo nerviosa, y entrar a la cocina. Al cabo de un rato, vuelve.
—Por favor, acompáñeme.
Me guía por un pasillo hasta la cocina. Y ahí está ella.
Vestida con su filipina blanca, gorro bien puesto, el rostro ligeramente sudado y concentrada.
Se ve tan linda. Tan segura. Tan ella.
—¿Qué haces aquí, Dominic? —me pregunta, sorprendida.
—¿Esa es la forma de recibir a tu