Andrei
Época actual
Sonia no dio muestras de estar enfadada conmigo por haber huido de nuestra boda, pero sí me cuestionó mucho sobre lo que me pasaba. Evalué cuidadosamente su reacción a cada respuesta, pero no encontré ninguna reacción exagerada ni nada que activara mis alertas.
Eso era precisamente algo que activaba mis alertas.
Con respecto al resto de la gente, nadie, ni siquiera mi madre, se atrevió a cuestionar mi reacción. Todo había coincidido con un intento de derribar uno de mis aviones de carga.
—No, todavía no están listas las grabaciones —me informó Gregory, el único que sabía lo que estaba buscando—. Pero pronto estarán listas, solo espere un día más.
—Espero que sea un día y no más. ¿Me entendiste? Si no...
—A menos que surgiera algo, usted obtendrá las grabaciones completas —me aseguró—. No se preocupe.
Esa afirmación me revolvió el estómago. Ahora ya no confiaba en mis sistemas de seguridad ni en nada. Todo tenía sus fallas, nada era perfecto ni infalible.
La prue