C257: Me habría burlado de él sin piedad.
Después de aquella conversación emotiva con Simone, Jordan caminó por el pasillo en silencio, hasta detenerse frente a la puerta de la oficina de Reinhardt. Luego levantó la mano y dio un par de golpes. Del otro lado se oyó la voz grave de él llena de autoridad.
—¿Quién es?
—Soy yo —respondió ella, manteniendo el tono neutro.
En cuanto Reinhardt reconoció su voz, dejó lo que estaba haciendo, apartó los papeles y empujó la silla hacia atrás.
—Pasa.
Jordan giró el picaporte y entró, cerrando la puerta con cuidado tras de sí y caminó con paso calmo hasta quedar frente al escritorio. No se sentó, sino que prefirió quedarse de pie frente a él.
Reinhardt la observó con detenimiento. Había pasado tanto desde la última vez que la vio entrar así por voluntad propia que por un momento le pareció una escena ajena al presente.
—¿Cómo te has sentido hasta ahora, Jordan? —preguntó, sin dejar de mirarla.
Ella respondió sin rodeos, pero con una sinceridad que no siempre se permitía.
—He estado bastan