C258: Desde este momento, eres libre.
—No se me ocurrió en ese momento —Jordan sonrió mientras se rascaba la nuca.
—No te lo tomes tan en serio, Jordan. Aunque sí me hubiera gustado saberlo en ese momento —dijo Reinhardt en un tono más liviano—. Ese desgraciado te hirió de formas que ni siquiera alcanzo a imaginar, pero tú también le hiciste pagar. Y eso me enorgullece. Le diste la vuelta a su juego y le diste donde más dolía, eres una chica jodidamente traviesa.
Jordan no respondió con palabras, pero su rostro se iluminó con una pequeña sonrisa.
Reinhardt la observó con detenimiento, y entonces, su expresión cambió. Sus labios se apretaron y su mirada bajó ligeramente. La ligereza se esfumó.
—Pero... —agregó—. No fue solo él quien te hizo daño.
La sonrisa en el rostro de Jordan empezó a desvanecerse, poco a poco, como si la sombra de lo no dicho apagara cada rincón de luz.
—Jordan —pronunció Reinhardt—. Yo también fui un verdadero hijo de pu*ta contigo. Te traté como un objeto, como a un empleado prescindible. Como a al