24 Aquelarre.
Luego de estar un tiempo recostados disfrutando del contacto de estar juntos una vez más, decidieron emprender el camino a la casona, estaban a mitad de camino, cuando el aullido de un lobo a la distancia los alerto de que algo sucedía en la manada.
— Aysel… — Anuk miro a su compañera, pero en su lugar encontró a Yunuen, sus ojos verdes refulgían con enojo.
— ¿Yunuen? — pregunto confundido.
— Espero que tengas genes de semental MI Alpha, porque si le haces el amor a una deberás hacerlo con todas. — la bruja estaba celosa, era malo, pero no tan malo pensó Anuk.
— Suprema, déjame resolver lo que sea que esté sucediendo en la manada y las atenderé como se merecen. — Los ojos de la bruja volvieron a la normalidad con la promesa del Alpha.
— En ese caso… vamos a casa. — Yunuen solo chasqueo los dedos y tanto ella como Anuk se materializaron en medio del pueblo, donde una lucha se desataba.
— ¡Mi media alma! — se oyó el reclamo de Travos y de un minuto a otro Yunuen estaba en los brazos de