Pretendía hacer como si nada estuviera pasando.
Sí, ver a Erick luego de tanto tiempo, la había descolocado por un momento.
¿Pero qué derecho tenía de aparecer ahora?
¡Seis meses!
¡Se había ido por más de seis meses!
Centró entonces la mirada en Francisco y se bajó del auto con una sonrisa.
—Fue una velada encantadora —susurró a su novio antes de alzarse de puntillas y besar tímidamente sus labios.
—La que verdaderamente estuvo encantadora fuiste tú, cariño. Estás hermosa —su mano se posó en su cintura y le acarició suavemente antes de profundizar el beso.
El contacto duró un par de segundos antes de que lo apartara con suavidad, sintiendo que no era el lugar ni el momento.
No había vuelto a mirar hacia el lugar donde había estado Erick, así que no sabía con exactitud si seguía ahí o si se había ido. Pero lo conocía, no era un tipo cualquiera. Tampoco sabía cómo se tomaría que ahora tuviera un novio. Quizás presenciar el beso sería suficiente como para que no volviera