Capitulo 120: Dos huérfanos

Damian

Luz había sufrido, y mi padre con ella, hasta el final. No estbaa de acuerdo con lo que habia sucedido en el pasado, pero Luz no tenía la culpa. Nada de esto debió haber sucedido.

—El culpable es Ricardo —gruñía Ronan.

No hubo ceremonia solemne ni frases emotivas.

Nadie cantó ni colocó una placa tallada con letra magnífica hablando de la vida de ambos.

Los guerreros no hicieron una formación gloriosa, no limpiamos sus cuerpos ni los preparamos para que la tierra los recibiera. Mi padre no fue enterrado junto a su hermano ni junto a sus ancestros. Sin embargo, ellos, mates destinados, estaban juntos, y eso era más de lo que un alfa podía pedir. Las únicas lágrimas que los acompañaron fueron las de sus hijos bastardos, esos a quienes él abandonó años atrás; nadie más. El gran alfa había muerto, y solo a Nora y a mí parecía importarnos.

La tradición dice que un lobo debe ser enterrado en el territorio de su manada, y así lo hicimos. El cuerpo de Rogelio había sido conservado a
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