La primera clase del día había dado comienzo, Juliette, se sintió sumamente nerviosa al ver entre los estudiantes al propio Fernand Beaumont, quien no dejaba de escudriñarla sin recato alguno desde su asiento, explicando cada proceso y trazo, la hermosa rubia intentaba concentrarse en lo que estaba haciendo, no deseando dar una mala impresión a sus estudiantes, dejo de prestar atención a Beaumont tanto como podía hacerlo, aquella mirada celeste era demasiado intimidante y penetrante, una mirada que despertaba sensaciones extrañas en ella y que la hacían sentirse fuera de sí misma, algo que también, parecía lograr Rohan.
Fernand, la observaba descaradamente; sus pensamientos más salvajes solo podían imaginarla desnuda, su vivida imaginación lo hacía desear saber cómo se escucharían los gemidos femeninos de la joven artista, quería probarla, sentir su delicado sabor, hacerla suya una y otra vez, morder su hombro para dejar su marca sobre ella y que nadie más pudiese volver a mirarle con