Capítulo 96.1- Su castigo

Nuevamente mi mente se encuentra divagando en el cochino limbo. Anoche, a pesar de que le di rienda suelta a mis deseos y seguí el viejo arte de usar la mano para acabar el trabajo que Ery me dejó pendiente, solo quedó la sensación incompleta.

No importaba cuanto tocara no era lo mismo, al final me quedé dormida sin apartar la vista de la puerta. Al principio temía que regresara y me encontrara en esa posición tan vergonzosa, después mi imaginación me llevó hasta otros límites al pensar en lo que haría al verme así y cómo su miembro estaría duro, deseoso por pasar la barrera de la primera vez.

Pero él no regresó. Chiara me reprochó por mi cobardía, dijo que si deseaba saciar esa necesidad lo buscara y fuera por ello ¿Qué le diría? Ni siquiera yo entendía por qué hice algo tan tonto.

Reflexioné en ello apenas pudiendo concentrarme en el placer del jugueteo con mis dedos y al final no pude entregarme de lleno a ninguna de las dos tareas.

— ¡Atenta, Luna!

Chiara sigue molesta conmigo y me ha restringido de usar su poder. Debí decirle a Hershey que cancelara el entrenamiento hoy pero no tengo cabeza para pensar en nada.

Al instante caigo al suelo de una patada y veo el cielo en silencio. Por supuesto, Hershey me ve asustada.

— ¡Luna, estás sangrando por la nariz!

¿Ah, sí?

Llevo la mano hasta mi nariz, la sensación de humedad y olor a metal evidencian lo que afirmó Hershey. El color rojizo y casi naranja es fascinante pues me quedo un momento admirando y decidiendo si es más naranja que rojo o viceversa.

—Por la Diosa, no sé por qué discuten con tanta facilidad ustedes dos. —Dice Hershey pasando su mano por su coleta como ébano y acercándose a mí mientras me tiende la mano.

— ¿Quién lo empezó está vez? —Dice con curiosidad.

—Creo que fui yo. —Respondo finalmente negando colgarme de su mano.

— ¿Volviste a dejarlo con las ganas al acobardarte por sus 22cm?

— ¡¿Qué?! ¡No! ¡¿Que te hace pensar eso?!

— ¿Olvidaste quién los vio muy unidos y enredados a la pared como si fueran un árbol?

Ah... Ya me había olvidado de ese momento incómodo.

—Hmmm... Si no fue por eso entonces no entiendo por qué no han llegado hasta el final todavía.

Me levanto apresurada como si me hubiera dado un electroshock

¡¿Acaso toda la manada sabe que Ery y yo no hemos consumado?! ¡Si hasta rompimos la cama según los rumores! Hace un tiempo le conté a Hershey que no lo habíamos hecho pero ya ha pasado un tiempo desde aquello, es normal que hayamos cambiado después de las veces que nos ha encontrado a punto de hacerlo.

—Por supuesto que todos los que somos cercanos estamos al tanto de la abstinencia brutal en que lo ha puesto su Luna. Además de su mal genio y que ha puesto a entrenar a todos cómo animales en el campo, anda de un humor tal que varios sirvientes están buscando escusas para solicitar vacaciones---

Iría a reclamarle y también a cantarle una por una las leyes de la manada que ha roto por esa forma de desquitarse.

Pero su mal humor tiene que ver conmigo y en parte me siento responsable por ello.

—Hershey ¿tú alguna vez llamaste por accidente a tu pareja por el nombre de otro lobo?

Hershey, quien estaba ocupada nombrando el mal humor de Ery, voltea a verme con la boca abierta.

— ¿Lo llamaste...por el nombre de otro macho? —Asiento y Hershey se abanica la cara.

—Eso explica por qué está con ese humor de perro.

Hershey se pellizca el puente de la nariz entre sus ojos.

Mirar el suelo como si pudiera encontrar algo ahí es la única forma de reconfortarme. Sé que no estuvo bien llamarlo editor aunque no sé por qué me siento así, solo somos amigos.

—Los lobos somos territoriales, el sentido de posesión es fuerte en especial con nuestra pareja. —Hershey acaricia mi cabeza y tuerce la boca en una media sonrisa.

Asiento.

Eso lo sé, es solo que nunca estuve tan cerca a alguien del sexo opuesto además de mi jefe. No en ese sentido, además esos meses trabajando en misterio mortal en la cabaña fueron mínimos y el tiempo de convivencia en esos 6 meses con la novela erótica de lobos fue...

Fueron contadas las veces que realmente vi al señor Eardwulf.

Así que Ery es el hombre con el que más he convivido. Por eso lo he llamado mi mejor amigo.

—Hablando de una mujer a otra, como hembras que somos... ¿Tú qué harías si Él te llamara por el nombre de Freya o cualquier otra?

—Lo castro frente a toda la manada y uso sus testículos como ofrenda para la Diosa mientras pido que disuelva el vínculo.

Hershey suelta una carcajada.

— ¿Lo ves? El Alfa en lugar de responder de manera agresiva como hace con todos, prefirió alejarse un rato y desquitar su molestia con otros.

Eso no está bien, Pero entiendo el punto al que quiere llegar Hershey.

Estoy tan acostumbrada a que esa persona me insulte y me llame incompetente que es extraño que Ery solo me evite en lugar de confrontarme.

¡De acuerdo! ¡Yo seré quien lo confronte entonces!

***

Eso he dicho, juro que estaba determinada en hacerlo, lo busqué por eso, luego las cosas no fueron como esperaba.

—El castigo que le espera ni siquiera se compara a lo que pueda imaginar.

—Alfa Ery, por lo menos considera un poco que no fue una falta tan grave.

— ¡¿No lo fue?! ¡Fue traición, Milo! Incluso se atrevió a mencionarlo frente a mí.

¡No era que se estuviera conteniendo, estaba marinando todo ese enojo mientras planeaba un castigo!

'Tal vez solo sean nalgadas, Cady'

¿No entiendes la gravedad de la situación, Chiara? ¡Está preparando un castigo, quiere que sea algo que no pueda esperarme!

'Entonces va a reclamarnos por sus celos, qué romántico'

¡¿Romántico?! ¡La agresión verbal y física no es algo que se pueda romantizar, loba loca y masoquista!

¿Qué hago? Si voy allá puede que ya tenga preparada su venganza, un castigo como lo cree digno de una traición cuando no lo hice a propósito...

Tampoco puedo dejar esto sin intentar arreglarlo.

Después de respirar hondo he tomado la decisión de arriesgarme. Puede que después de hablarlo deje de sentirse molesto.

Ery me ve, estamos frente a frente sin embargo él ni siquiera me mira, me pasa de largo.

Jamás pensé que un reproche o un castigo sonaran mejor que ser ignorada por él.

—Luna ¿me buscaba? —Milo dice detrás de mí.

En realidad ni siquiera me pasó por la cabeza que el beta estuviera aquí.

—Ya tengo casi todo preparado ¿Quiere probar el menú de hoy?

****

Ha estado evadiéndome todo el día. Ni siquiera me atrevo a abrir por la fuerza su puerta porque no tengo palabras para decir después de lo que sucedió.

Lo llamé editor.

Le dije editor, maldita sea. Pero es lo que ha estado haciendo al anotar y sugerir cambios en la historia. Incluso en eso tienen que parecerse y es demasiado confuso para mí.

—Cuidado que está caliente.

Beta Milo acomoda la taza frente a mí, parece ser té.

—Leí en un libro que el té de siete flores puede servir para relajarse.

—Gracias- Tomo la taza y casi me quemo al tocarla.

— ¿Se encuentra bien, Luna?

Suspiro y sostengo mi mano.

—Creí estarlo.

Digo observando mi mano. Aún puedo sentir sus dedos enlazados a los míos.

—Por cierto, pasado mañana será el festival de los siete aullidos.

— ¿Festival?

— ¿Oh, no lo sabías? Es un evento muy importante en el que se reúne a la manada entera y las parejas comparten siete aullidos pidiendo a la luna que los bendiga.

Vaya, no sabía eso.

—Por supuesto deben estar presentes Alfa y Luna para abrir el festival.

— ¿Entonces vamos a aullar siete veces?

Milo suelta una carcajada.

—No, para nada. Se llama así pero no son siete veces las que se aúllan. En su lugar se piden siete deseos mientras los lobos más jóvenes aúllan, un deseo por cada uno. —Milo espera un momento y sonríe al verme confundida— Los deseos son bendiciones para la manada.

Que extraño… no recuerdo haber escrito sobre un festival así, mucho menos me resulta familiar lo de los siete aullidos. Se supone que soy autor de esta historia, sin embargo tengo muchos recuerdos bloqueados. Aun así estoy segura que en ninguna parte de mi libro se ve indicios de tal cosa.

— ¿Le ocurre algo, Luna?

La voz de Milo se adentra entre mis pensamientos, fue como si me hubiera perdido un momento en un pequeño limbo donde no escuchaba nada.

— ¿Está muy molesto?

— ¿Quién?

—Ery… Digo, el Alfa.

Milo se queda pensativo un momento.

— ¿Quieres que sea sincero? —Su rostro parece serio.

—Me va a castigar ¿no es así?

—Si crees que lo mereces entonces sí.

Silencio total. En momentos como este detesto que sea tan ambiguo para hablar en muchas ocasiones. La verdad no estoy segura si merezco un castigo o no en realidad.

—Escuché que el Alfa nuevamente anda de mal humor, mandando a los guerreros a entrenar y desquitando su enojo con los lobos más jóvenes.

—El Alfa les dijo que de salir alguna palabra y se enterase su Luna, les iba a ir peor. Me pregunto quién fue el audaz tonto que contó eso… Seguro fue Jerome.

—La fuente no es lo importante. Creo que esta vez se ha enfadado demasiado conmigo…

— ¿Y por qué se habrá enfadado tanto?

Veo mi reflejo en el té y suspiro.

—Yo… por accidente lo llamé como solía hacer con otro hombre.

Milo me observa en silencio, al parecer es imposible sorprenderlo o es demasiado frívolo como para afectarle. En lugar de decir algo más me tiende el tarro de miel y una cuchara. A veces pienso que Milo es como Momo, suele escuchar en silencio mientras libero algunas de mis dudas. Solo falta que salgan los hombrecitos vestidos de gris fumando el tiempo, mi maldito tiempo.

—La forma en que Ery se ha comportado los últimos días removió unos pocos momentos del pasado y sus actos me recordaron mucho a alguien. Además de que ambos se parecen mucho físicamente —No es mentira, aunque son iguales físicamente sé perfectamente que también son muy diferentes en muchas cosas— Entonces sucedió, no quería hacerlo simplemente pasó y le llamé…

—Por otro nombre. —Milo también se ha servido té.

—Algo parecido a eso.

El Beta no responde, solo sorbe del té. Eso es más preocupante para mí, debe estar juzgando en silencio.

—De verdad no lo hice con el propósito de---

—Incluso si no es con el propósito. La naturaleza de un lobo es territorial, somos celosos y dedicados a nuestra pareja.

Eso ya lo sé. Incluso si solo somos amigos su vínculo con el cuerpo que poseí es el de su pareja de vida. Además, Ery mismo me advirtió de que es posesivo y que jamás va a tolerar una traición de mi parte.

—Lo que el Alfa no entiende es que no hay nada entre ese otro “macho” y yo. Nunca lo hubo, fue completa y estrictamente una relación laboral.

Milo vuelve a sorber del té. Chiara gruñe dentro de mí y me reprocha por mi falta además de mi incapacidad de comprender la razón por la que se ha enfadado. También me llama hipócrita pues sabe al estar conectadas que llegué a hacer algunas cosas que no se podrían considerar “laborales”

—Preparé unas galletas, pruebe una.

¡Oh por dios, no un postre! Trato de negarme pero es mucha su insistencia. Tal vez Ery sabe que se le da fatal los alimentos dulces y planea castigarme con esto. Al final tomo una galleta y la como… si, sabe horrible.

 El sabor es insípido por la mitad de esta y el resto tiene un ligero sabor como cartón viejo ¿Cómo es posible que lo haga tan mal y pueda cocinar manjares salados tan apetitosos?

—Entonces mi Luna tiene un amante, eso es poco usual---

— ¡NO ES MI AMANTE!

¿Qué acaso no me escuchó? ¡Dije que fue una relación laboral y nada más! Beta Milo no parece creer mis palabras porque me mira como si me preguntara “¿Entonces por qué los confundiste?” Es lo mismo que me pregunto.

—Estuvimos juntos mucho tiempo, por trabajo, fue el único hombre que tuve cerca en mi vida hasta entonces. Fueron más de cuatro años, es inevitable que haya adquirido el hábito de tenerle cerca.

Milo vuelve a sorber del té. A ratos me mira y asiente como si dejara que hable todo lo que quiera soltar.

—No hay motivo para que se sienta molesto porque le llamé como solía hacer con mi jefe.

Escucho un gran “PFFFFT” y Milo parece que se ha atragantado pues me mira con los ojos abiertos y llenos de sorpresa.

— ¿Espera, lo llamaste como a tu jefe? ¿Eso fue todo? —Asiento, Milo baja la taza y murmura algo como si estuviera gruñendo— Es un bobo.

— ¿Eh?

—Entonces, se comportaba como si fuera tu jefe y te recordó a él.

—Sí, básicamente.

De nuevo suspira y suelta un bufido.

—Los lobos somos celosos, un Alfa es peor. Si le explicas las cosas puede que al sentarse y dialogar civilizadamente puedan entenderse mutuamente.

Asiento, si Milo pudo comprenderlo Ery también lo hará ¿cierto? Él sabe que el señor Eardwulf es solo mi jefe y editor. No es algo más.

—Luna, puede ser sincera conmigo ¿De verdad no hay algo sentimental en la forma en que ve a su jefe? —Lo dice de una manera tan normal que estoy segura de la seriedad de su duda.

—Lo admiraba. Aunque fue un cretino y un explotador laboral, incluso con todos esos momentos incómodos y su forma grosera de dirigirse. Yo…

—No es a mí a quien debes aclararle eso. —Dice interrumpiendo mis palabras —Incluso si hubiera algún afecto más allá de lo laboral eso no me compete a mí, sin embargo, es mejor si lo hablas con sinceridad. El Alfa detesta las mentiras y omisiones.

****

— ¿Ery?

Él no responde.

Vuelvo a tocar con más insistencia pero la respuesta es la misma. Completo silencio.

'Llámalo “pareja” seguro eso le encantará'

Chiara finalmente me ha dirigido la palabra para algo que no sea quejarse o llamarme tonta.

Sin embargo decirle así a Ery es demasiado vergonzoso.

'Hazlo, no puedes darte el lujo de rechazar mi consejo'

Suspiro y tragó saliva.

—Pa...re...ja... ¿Podemos hablar?

Sigue sin responder.

'Dilo con más convicción'

—Pareja... —Digo apenas con una voz que puedo escuchar salir de mi boca.

'Dilo con fuerza'

— ¡Pareja! ¡Debemos hablar!

Sigue sin responder.

'Oh bueno, al menos lo intentamos'

¡¿Te darás por vencida así de fácil, Chiara?!

'Da igual, fue tu culpa por llamarlo como hacías con tu otro macho'

— ¡No es otro macho! ¡Cielos, dejen de juzgarme ¿Quieren?! ¡Ese hombre ni siquiera me ve como una mujer!

¡BAM!

Finalmente escucho algo dentro.

Ery ha golpeado algo. Lo sabía, está molesto.

—Ery... Quiero verte.

Me sorprenden mis propias palabras, no puedo evitar que el rubor aparezca en mis mejillas. Admito que lo extraño, anhelo su abrazo por la noche y sentir su presencia que me llena desde los sentidos del olfato hasta las descargas que siento pasar por mi piel.

—No era mi intención que pareciera que te comparo con alguien más. —cierro el puño y acomodo mi frente en la puerta. —Las cosas con mi editor no son lo que piensas, para él mis historias fueron basura. Solo... Fue una sola vez que sentí su interés genuino y fue por la misma historia. Sus palabras y las tuyas fueron las mismas, sin embargo no los comparé. Me alegré porque fuiste tú quien lo dijo.

Chiara me empuja con la cabeza mentalmente, no sé cómo lo hace si ni siquiera tiene una forma sólida.

—Fue la primera vez en mi vida que veo a una persona frente a mí compartiendo la misma dicha de ver mi historia materializarse. Eres el primero, incluso me has guiado para mejorar las historias.

Chiara me dice que continúe y respiro hondo.

—Te besé porque lo sentí en ese momento. No pude evitarlo, culpa al vínculo o a mí... Me gustó ese beso...

El puño de mi mano se afloja y acaricio con mi mano la puerta, si lo tuviera cerca le tocaría así del pecho.

—Si no estás molesto porque te llamé editor ¿Es porque te besé sin permiso? Prometo que no lo volveré a hacer---

La puerta se abre de golpe y antes de que pueda reaccionar es Ery quien me toma en sus brazos y con la misma velocidad reclama mis labios.

Es un beso breve pero fue lo suficiente como para que sintiera el piso bajo mis pies desaparecer y ahora nuevamente floto en nubes de azúcar y un suave sabor a limón.

—Por supuesto que no estoy molesto porque me besaste.

Quiero decir algo pero me ha besado otra vez y con su pulgar en mi labio inferior acaricia un poco. El cosquilleo es insoportable.

—La razón descúbrela tu misma. Si quieres que continúe, termina esa historia.

Asiento en silencio y sin mostrarme ninguna expresión en su rostro me libera y de inmediato vuelve a cerrar la puerta.

Ah... Aún puedo sentir el suave cosquilleo.

Llevo la mano a ese lugar que sus labios tocaron. Mis piernas tiemblan y me siento inquieta.

Quiero más.

Un beso así no es suficiente, Ery me ha besado con más intensidad. Quiero continuar.

'Dile que deseas continuar'

No puedo...

'¿Por qué no? Si se lo pides te lo dará, estoy segura.'

¿Y si me rechaza?

Peor aún... ¿Y si me gusta tanto que ya no puedo frenar lo que suceda después?

No, no puedo pedirle que continúe.

'¿Por qué no? Es tu pareja'

Mis pasos apresurados me llevan hacia el otro lado del pasillo. Debo alejarme lo más posible, si no lo hago nacerá algo que no debe existir.

No es mi pareja... Es de Candace.

Mi respiración se agita y no solo es por mis temores, es un calor incontrolable que prende fuego en mi interior.

En cuanto llego a la habitación tomo su almohada, su olor es más exquisito que antes.

Llevo mi mano hasta mi centro.

'En lugar de tocarte deberías decirle a nuestra pareja que quieres que te deje terminar lo que empezó'

Cierro mis ojos con fuerza y con la poca voluntad que me queda alejo la almohada y retiro mi mano de ese lugar que ya está húmedo.

— ¡No! ¡Ery dijo que termine la historia! ¡Solo así dejará de sentirse enfadado!

'Eso no fue lo que dijo... ¡Agh, haz lo que quieras!'

Con Chiara, quien obviamente está insatisfecha y deseosa, decidí continuar la historia.

Antes de seguir pasaré por el consultorio del doctor Yeha. Parece que estoy en celo aunque la sensación es distinta a la de esa vez.

Maika Maese

El capítulo es largo, así que lo he dividido en dos partes. Ando ocupada con una mudanza muy extenuante así que ayer no pude actualizar. Para compensar publicaré dos capítulos aparte de este. Muchos dirán como es posible que en X cantidad de meses no haya terminado pero no gano un solo céntimo con la novela, no todavía, es más por gusto que publico a pesar de mi tiempo. Escribir no es sencillo sin embargo lo disfruto mucho así deba darme algunas escapadas en el trabajo para completar los capítulos o corregir el texto. Falta poco para llegar a la parte final de la historia principal. Después de eso serán 4 especiales y finito, termina la historia. Aún no me aprueban la novela del CEO que porque el título tiene groserías xD ni modo, a cambiarlo.

| Me gusta
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP