BRANDON
Decirle la verdad a Emilia era destruirle la vida, y era una de las razones por las cuales había guardado silencio durante todos estos años. Actué con indiferencia con ella, porque entre más tiempo pasaba con ella, más veía lo increíble que era. No era alguien que podía tomar a la ligera, como en un principio pensé.
Sin embargo, aquí estaba en su departamento con más preguntas que respuestas.
— No es algo que pueda hablar a la ligera, Emilia —. Me rasqué la cabeza tratando de seleccionar mis palabras—. Las cosas entre tú y yo son más complicadas de lo que parecen.
Me paseé de un lado a otro para tranquilizar los nervios que sentía.
— ¿Qué es lo que me estás ocultando, Brandon? ¿Por qué tanto misterio? ¿Por qué tratarme así durante tantos años. . .?
No podía escucharla, no de esta manera, no en estas circunstancias.
— ¿Tú crees que yo quise esto? ¿Crees que me sentí bien ignorándote y no llegando a un hogar que tú con mucho esmero había tratado de que fuera cálido? —La inte