EZRA

Claro que había estado aquí más veces de las que podía contar; fue mi hogar, un recuerdo tan hermoso y lejano que poco a poco se va perdiendo en el tiempo.

La última vez que regresé aquí, me llené de tanta rabia y odio que salí buscando pelea con alguna criatura que fuera mucho más poderosa que yo, solo para desahogar lo que sentía.

Volteo a verla a ella y me pregunto si esto es parte del destino.

He vuelto a pisar estas tierras maldit4s con una Astra, la misma línea de sangre que destruyó todo lo que fue mi hogar.

—Aquí vivió una vez un Alfa—comencé, tomando su atención ahora. Sus ojos, llenos de curiosidad e inocencia, esperaban a que continuara, y solo espero no lastimarla al final de la historia.

—Era feliz con su compañera y sus tres cachorros. Se había situado aquí porque era un lugar tranquilo y hermoso. Con él también vivía su hermana; ella resultó ser la compañera del Rey Morfeo. Hubiese sido una buena Reina.

—¿Qué… le pasó?

—Aquel Alfa no se dio cuenta de que su