Apenas habían pasado unas horas desde la reunión en la que Agatha y su equipo decidieron unir sus voces, pero el eco de sus testimonios resonaba en toda la empresa. Los medios comenzaron a cubrir la historia, y la presión sobre Al-Fayed aumentaba cada día. Sin embargo, la alegría y la sensación de unidad entre los empleados se vieron rápidamente empañadas por la furia del CEO.
Esa mañana, Agatha y Samer llegaron a la oficina con el corazón lleno de esperanza, pero también con un presentimiento ominoso en el aire. Las noticias sobre su reunión estaban siendo cubiertas en varios canales de televisión, y las redes sociales estallaban con comentarios de apoyo. Pero a medida que se acercaban a la entrada, notaron la atmósfera tensa que envolvía a sus compañeros.
“¿Qué está pasando?” preguntó Agatha a un colega que estaba cerca, su rostro pálido.
“Al-Fayed convocó a una reunión de emergencia,” respondió el hombre, mirándola con preocupación. “Está furioso por la cobertura mediática.”
“Esto