Adrián miró a Valeria y permaneció en silencio por un largo rato. Luego, dejó su taza y se levantó del sofá.
—Espero que cumplas tu palabra, me voy ahora.
Valeria se levantó para despedirlo. Tras cerrar la puerta, la expresión de Valeria se desplomó, y en su interior suspiró, pensando que si Mauricio llegase a enamorarse de otra mujer y se casara con ella, realmente no intervendría.
Pero si eso sucediera, significaría el fin de su relación con Mauricio...
—Señorita Ramírez, —llamó Lourdes desde el comedor—. El desayuno está listo, voy a limpiar tu dormitorio.
—No hay prisa, —Valeria recobró el ánimo y se apresuró hacia ella—, quisiera charlar contigo.
Se sentó en la mesa del comedor, empezó a comer fideos con carne y elogió la cocina de Lourdes. Luego preguntó:\N—Lourdes, ¿cuántos años llevas trabajando en la Villa de Esmeralda?
—Tres años, —respondió Lourdes con sinceridad.
Antes de llegar allí, el señor Soler le había dicho que Valeria sería su jefa y que debería hacer lo que ella di