Aleena:
Más temprano esa noche
¿En qué estabas pensando?
¿En qué estaría pensando Dominic?
Mi mente oscilaba entre esas dos preguntas en un vaivén que me impedía dormir. Peor aún, cuando me acostaba en la cama, intentando conciliar el sueño, cerraba los ojos e imaginaba aquella noche de hacía unas semanas.
Maya atada a la cama, con el trasero rosado por la mano de Dominic, pero ahora, en lugar del cuerpo largo y pálido de Maya, era el mío, más corto y redondo.
Podía verlo agarrándome del pelo y tirando de mi cabeza hacia atrás, besándome… y ahora tenía su sabor grabado en la memoria.
Sí, señor…
«¿En qué estabas pensando?», murmuré. Y de nuevo, ¿en qué habría estado pensando?
Me encantaba mi nuevo trabajo… normalmente. Pero esto iba a arruinarlo, lo sabía. Ya era bastante malo haber visto a mi jefe teniendo sexo, ya era bastante malo que me atrajera, ¿pero ahora?
Cuando solo era mi pequeño secreto inconfesable, verlo con Maya, no había sido tan malo. Eso había sido… fantasía. Dos perso