Capítulo 6.4: La princesa perdida.
Ante la pregunta del niño, Anna sonrió y lo miró con cariño, pues de alguna manera, el cachorro le recordaba a su propio hermano.
―Sí, Oliver, he venido a Arcadia para cumplir una misión y para limpiar el nombre de mi abuelo, el rey, Máximus Nicolaou, quien pronto volverá a reinar sobre los hombres lobo ―
Durante un breve y angustioso momento, el silencio se apoderó del lugar, sin embargo, para alivio de Anna, pronto la gente comenzó a cuchichear emocionada, por lo que una sonrisa se dibujó en su rostro.
Sin duda, había hecho lo correcto al confiar en la gente de Aeris.
― ¡¿A dónde vas?! ―rugió una mujer, la cual, se apresuró a sujetar a Mikaela, quien había intentado acercarse a Anna
―Puedes hablar Mikaela ―dijo Anna quedamente
― ¡Princesa Anna! ¡Lo lamento tanto! ―gritó Mikaela apenas la orden abandonó su cuerpo ―Yo… ¡No tenía idea! Le juro que… ―
―No quiero tus falsas disculpas Mikaela ―dijo Anna débilmente
―No son falsas, le juro que… ―
―Muchas veces te pedí que cualquier problema