Capítulo 5: Mantener los lazos.
Confundido, Armin siguió su mirada, pero al no ver nada, frunció el ceño.
― ¿De qué…? ―
―Hace algunos meses, por un breve instante, vi lo mismo en los dedos de Félix y Giovanni, un lazo rojo rodeando sus dedos meñiques ―dijo Dante amablemente ―Lo vi justo cuando ellos se lamentaban por no haber encontrado a sus compañeras, así que, guiado por mi instinto, les dije que no se desanimaran, que estaban destinados a encontrarla, lo cual, para Giovanni, sucedió esa misma noche, mientras que, para Félix, pasó una semana después ―
― ¿Cómo es posible que sepas eso? ―
―No lo sé, no veo ese lazo todo el tiempo ―admitió Dante ―Pero, supongo que es la forma en la que el lobo milenario ayuda a otros a no perder la fe ―dijo con una sonrisa antes de tomar las cervezas que había sacado antes
Y así, sin decir nada más, como si hubiese cumplido su único propósito en aquella conversación, el alfa se marchó con el mismo silencio con el que había llegado.
―No se preocupe ―le susurró Ulises cuando Dante pas