Capítulo 4.6: Alma atada.
Frustrado por el recuerdo, Armin se pasó una de sus manos por el rostro, sintiéndose también algo cansado.
―Aren y yo sabíamos que, si no la deteníamos en ese momento, ella no iba a parar, no se iba a rendir y tarde o temprano volvería con más cazadores, y eso sería un cuento de nunca acabar, sin embargo, la idea de acabar con mi propia compañera me producía náuseas… ―relató Armin con la voz rasposa ―Ella, sin embargo, al verme dudar, se giró al pozo e intentó vaciar el contenido de una botella en él… Ella… Ella realmente lo intentó, ni si quiera lo dudó ni un segundo… ―
― ¿Y usted…? ―comenzó a preguntar Emmet, sin embargo, se detuvo en seco. Sabía que en realidad no tenía que preguntar
―Sí ―asintió Armin ―La detuve, la maté… ―
Ante aquella declaración, Gael suspiró, terminó de preparar la bebida que Emmet había estado preparando antes y la colocó frente a su amigo, sin bromas, sin comentarios sarcásticos
―No fue rápido, Aren y yo dudábamos, pero ella no lo hacía, si yo le estorbaba,