Capítulo 29.2: Los abogados de la esperanza.
―Ya llegamos cachorra ―dijo Arioch tan de repente, que Anna no pudo evitar dar un respingo
― ¿Tan rápido? ―preguntó sorprendida
―El tiempo vuela cuando uno se sumerge en sus pensamientos ―
― ¿Te pasa mucho? ―preguntó Anna al tomar la mano que el lobo le ofrecía
―Más de lo que me gustaría princesa, más de lo que me gustaría ―suspiró Arioch al escuchar pasos detrás de ellos
―Los abuelos y Basil están esperando en el comedor ―informó Alastor al mismo tiempo que señalaba la puerta corrediza
Sentados en la alargada mesa, Basil, Arsen, Bastián y Máximus, estaban sentados con una taza de café entre sus manos cada uno.
Basil, aunque intentaba mantenerse estoico como siempre, jugueteaba distraídamente con el aza de su taza, mientras que su mirada, se mantenía fija en algún punto de la cocina.
Arsen, usualmente amable y cariñoso, tenía un semblante serio y distante. Bastián, por su parte, mostraba la misma actitud fría que había mostrado durante su labor como juez en el juicio de Tabatha y Sama