Capítulo 29.3: El juicio de una inocente.
Ante la voz temblorosa de su beta, Alastor soltó un largo suspiro antes de asentir.
― ¿Estás segura de que quieres venir? ―le preguntó a Anna en un susurro
―Sí ―asintió ella con confianza ―Dante… ―
―Ya está adentro, estaba ayudando a Ragnar con la conexión ―dijo Alastor antes de besar la cabeza de su hija para, de inmediato, dirigirse a Neilan ―Si vas a reírte, hazlo de una vez, no quiero pasar vergüenzas con el consejo ―
Ante las palabras del alfa, Neilan soltó la carcajada que había estado conteniendo.
― ¿Y las rodajas de pepino? ―preguntó entre risas ― ¿Dónde las dejaste? ―preguntó mirando a Gael
―En casa ―gruñó Emmet ―Quería traerlas en una bolsita y ponérselas durante la reunión ―
― ¿Qué? ―preguntó Gael cuando Alastor se giró para verlo ― ¡Mis ojitos están inflamaditos de tanto leer la basura de Tabatha! ―
―La basura… Gael ¿Hay algo que pueda ayudar a la niña? ―preguntó Alastor
―Para eso estamos nosotros aquí ―gruñó Gael cruzándose de brazos
―Esperen ¿Qué hacen aquí? ―preguntó Ne