Ante la petición, el joven hechicero asintió y corrió presuroso a su encuentro, sin embargo, debido a la sangre regada en el suelo, el joven casi resbala, para su suerte, Dante logró sujetarlo y mantenerlo recto.
―Lo siento mucho sus excelencias, no pude continuar con mi intervención, me quedé muy descolocado por la actitud de Samael ―masculló antes de dedicarles una profunda reverencia ―Lo siento mucho, debí ser más prudente ―
―Por favor, no te preocupes, gracias a ti nos ahorramos mucho tiempo ―dijo Claire sonriéndole
―Sin mencionar que eso limpió la imagen de Arioch ―dijo Bastián, quien observaba atentamente a su nieto, el cual, saludaba con torpeza a la gente que se acercaba a él y le rendía sus respetos, entre ellos, el jardinero que había intervenido antes, Iván ―Mi nieto era un buen lobo, uno que era respetado y querido por la gente del palacio, creo que le hará bien recuperar algo de su cariño ―
―Tienes razón abuelo ―suspiró Alastor antes de dirigirse a Claire ― ¿De verdad aún