Capítulo 11.5: La verdad de Tabatha.
Obediente, Dante empujó, y sin esfuerzo, como si perteneciese allí, el símbolo comenzó a cubrir cada ladrillo con una intricada red de energía azulada.
De pronto, el aire en el callejón se volvió denso, eléctrico, cargado de una densa magia ancestral que erizaba la piel de todos y cada uno de los presentes.
― ¡Retrocedan! ―ordenó Alastor cuando el muro comenzó a sacudirse
Por inercia, el príncipe sujetó el brazo de su hija y tiró de ella hacia atrás, Byron hizo lo mismo con Sophie y Egan con Chloe.
Sin aviso, una oleada de energía emergió del muro, empujando hacia atrás a aquellos que no habían tenido tiempo a cubrirse.
Después, un crujido suave, como si algo se hubiese partido en dos.
Preocupados, todos volvieron su mirada hacia el muro.
Estaba intacto, pero los dedos de Dante se habían sumergido suavemente en los ladrillos.
―Está abierto ―murmuró Desa
― ¿Ya podemos entrar? ―preguntó Lysander
―Un segundo… esperen ―pidió Chloe al percibir rastros de energía provenientes del interior d