52. EL HEREDERO ESCONDIDO DE LA FAMILIA BENNET.
Las dos mujeres con preocupación corrieron a través del pasillo, ambas querían alcanzar a Helena quien iba en una silla de ruedas con dolores de parto;
— Hasta aquí puede entrar, doctora Cox —una enfermera que la reconoció, la detuvo con tranquilidad— Ya sabe el protocolo.
Verónica detuvo a Sonia, quién estaba a punto de empujar a la mujer.
— Nos mantiene informadas de lo que pase, por favor, ella aún no está a término —alegó Verónica.
— No se preocupen, el ginecólogo ya está com ella, el director King le avisó hace una hora.
Verónica se relajó, gracias a Dios se le había ocurrido llamarle para que le hiciera aquel favor.
— ¿Estará bien? —La voz de Sonia denotaba preocupación.
— Esperemos que si, ella debe estar bien. La hemos traído rápido, hicimos todo lo mejor que pudimos —tranquilizó Verónica.
— Gracias a dios —suspiró con alivio Sonia— Siento mi corazón con taquicardia ahora mismo. Esto es demasiado fuerte, mas que las turbulencias de un avión después de v