Paola asustada, Lioran preocupado.
Como Scarlet le advirtió a Lioran, ciertamente Paola estaba vuelta un mar de nervios, y cuando entró a la habitación la vio arrinconada, cubriendo sus oídos con ambas manos y temblando como un animalito temeroso.
Ella, al notar su presencia, alzó la cabeza y, como si él fuera su ancla de salvación, con torpeza se puso de pie y, llorando desesperada, se le echó a los brazos a Lioran, temblando de miedo.
Lioran la sintió temblando y la apretó entre sus brazos.
—Hey, cálmate, pequeña. Aquí estás segura.
—¡Son bestias, nos matarán a todos! Y yo aquí encerrada… ¿Scarlet? ¿Dónde está Scarlet?
—Ella está… —Lioran pasó una mano por su cabello—. Derek la protegerá, por favor, cálmate.
—¡Dime la verdad! —exigió Paola—. Se suponía que harían un ritual en honor a Scarlet. ¿Acaso la han…?
Lioran comenzó a frotarle los brazos; ella estaba muy pálida. En ese momento entendió realmente el miedo visceral que Paola tenía a los hombres lobo, o mejor dicho, a los hombres bestias.
—¿Crees que el ritual co