La rabieta de Paola.
El salón quedó en un silencio incómodo. Scarlet abrió los ojos como platos, su madre tosió con nerviosismo y Lioran se llevó una mano a la frente como si quisiera desmayarse y terminar con su sufrimiento.
Derek, en cambio, se detuvo a medio camino. Respiró hondo, muy hondo, tanto que cualquiera juraría que estaba inhalando paciencia en dosis industriales.
Yeho, su lobo interior, rugió furioso dentro de él, exigiendo respeto.
#¡Démosle una bofetada! ¡Al menos una! ¡Enséñale a esa mocosa que nadie le roba el asiento a un Alfa Supremo!#
Derek apretó la mandíbula, ignorando a su bestia interior.
#No olvides que esta humana es la mate de nuestro Beta, y prima de nuestra lunita# —le recordó Derek a Yeho dentro de su mente.
El lobo rugió con fiereza.
#Esta mocosa me desagrada.#
Al mismo tiempo, la voz de Lioran entró en el vínculo mental, cargada de súplica:
#Supremo, por favor, no le ponga caso a mi compañera.#
Derek entrecerró los ojos, sin mover un músculo.
#Por ser tu compañera es que si