—Es sorprendente que por fin hayas encontrado una familia. ¿Quién es ese niño? ¿Lo adoptaste? Porque sé que no puedes tener hijos, no después de los incontables abortos que te hiciste.
—¿Abortos? —susurró Liam.
Janette se puso de pie. —Bella, —rechinaron sus dientes—. ¿Qué haces aquí?
Bella soltó una risita. —¿Qué hago aquí? —se burló—. ¿Qué? ¿Acaso no merezco estar aquí? No todos somos tan miserables como tú, mujer estéril.
El puño de Janette se apretó. —Para ser una zorra y una rompehogares, tienes bastantes agallas, ¿no? —dijo, acercándose a Bella, cuya máscara de confianza se derrumbó al instante. Janette no solo tenía una expresión furiosa, sino también un aura que gritaba “no te metas conmigo”.—Retira esas estúpidas palabras... inmediatamente.
Bella bufó. —¿Por qué habría de hacerlo? Son verdad —se mofó, pasando junto a Janette para encararse con Liam—. ¿Es este tu nuevo chico, Janette? Apuesto a que él no sabe el tipo de persona que eres —Bella le guiñó un ojo a Liam, quien la