Janette se apartó de él rápidamente, como si la hubieran acosado, y parpadeó sorprendida. Sus mejillas se tornaron rosadas de inmediato, y desvió la mirada de Lucas.
Su cabeza zumbaba de vergüenza. No podía creer que él hubiera escuchado todo lo que había dicho. Y el beso… Llevó las manos a sus labios y los tocó: suaves, húmedos, como resultado de aquel beso. Su corazón se aceleró.
Se tensó cuando sintió que alguien la abrazaba por detrás. Su cuerpo se relajó al instante cuando Lucas besó la curva de su cuello.
—Jane —susurró él, con la voz apenas audible. Janette sintió un cosquilleo recorrerle el cuello por el roce de su respiración, pero la garganta se le cerró; no pudo pronunciar palabra. Tenía la sensación de que, si abría la boca, solo emitiría un graznido. Su garganta estaba completamente seca.
Lucas se apartó un poco y la giró para mirarla de frente.
—¿De verdad dijiste todo eso en serio?
Janette abrió la boca para hablar, pero ninguna palabra salió. Evidentemente él lo había