—¿Bella? ¿Tienes un hijo? —preguntó Janette, las palabras sonándole torpes en la boca. ¿Cómo demonios tenía Bella un hijo? ¿Cuándo se había casado? Espera… ¿cómo era siquiera posible?
Bella bufó, cruzándose de brazos.
—¿Qué? ¿Esperabas que fuera estéril como tú? ¿O pensaste que no tengo la capacidad de tener hijos solo porque tu exmarido no podía mantener su pene en sus pantalones?
Janette parpadeó.
—¡Vaya! Alguien tiene problemas —dijo—. Apuesto a que callarte la boca la última vez no funcionó muy bien.
—Tú...
—Buenos días, damas —intervino la Sra. Yuna, la mujer que Janette sospechaba formaba parte de la dirección de la escuela, mientras caminaba hacia el centro del salón—. Srta. Wayne, por favor, tome asiento. —Janette asintió.
Janette se sentó en una de las sillas junto a Bella. Bella, disgustada por tenerla tan cerca, resopló y se levantó, sentándose lo más lejos posible. A Janette no le importó. Su enfoque estaba en el hecho de que el “hijo” de Bella había intimidado a Ethan y a