Penelope Harrison siempre ha estado condicionada por sus padres, ella había querido dedicarse a la actuación, pero en su familia no le habían dado el visto bueno. Penelope vivía en el mejor barrio de Londres y estaba acostumbrada a los grandes lujos, aunque no era caprichosa, había estudiado en las mejores escuelas hasta en la más prestigiosa de las universidades junto a su hermano Carlo, su relación con él era buena pero con sus padres siempre había esa tirantez por no dejarla libre a pesar de tener ya veinte años, su hermano había podido elegir libremente aunque tampoco era difícil ya que todos los hombres de su familia se habían dedicado a ser policías. Ella no quería acabar como su madre, encerrada en estas cuatro paredes haciendo bizcochos para la reunión con los vecinos, decide entrar a la academia de policía junto con su hermano, allí comienza a saber la crueldad de la vida adulta y los problemas que con un simple error pueden suceder. Adéntrate en esta aventura policíaca sin falta de un triángulo amoroso y tramas dramáticas. Bienvenidas/os al mundo de los narcos.
Leer másPenélope junto a sus compañeros se habían levantado a las cinco de la mañana por petición del oficial Newton, este era uno de los mayores tiranos de la academia de policía, les tenía un odio infinito a ella y a su hermano por ser quienes eran, porque según él lo tenían todo muy fácil pero ese capullo no se imaginaba la vida de m****a que ella llevaba y que su hermano habían pasado de pequeños, mientras hacían las cien flexiones miro a su hermano que las hacia con menos dificultad que ella y le vino a la mente lo que habían vivido ella y su hermano, esto no era duro comparado con su niñez y adolescencia.
Su hermano y ella casi siempre estaban solos con su madre en la gran casa que tenían a las afueras de Londres, su madre intentaba tapar todas las veces que su propio padre llegaba borracho, la madre de Penélope, Cleotilde amaba a Marcos y todo lo malo que hacía le cubría siempre, había días que Marcos ni aparecía por casa y Cleotilde lloraba escondida de sus pequeños hijos, su hermano Carlo era el mayor que ella tres años, Carlo abrazaba a su madre con dolor al verla llorar, nunca se separaba de su hermana con miedo a que le pasara algo similar, Carlo había tenido que tomar el papel de padre en muchas ocasiones con Penélope, la adolescencia de Penélope había sido un reto para todos, en ese momento realmente empezaron los problemas, ahora su padre pasaba más tiempo en casa y su madre se ponía siempre de parte de Marcos, estaba totalmente abducida por los lujos y que ahora estuviera en casa olvidándose de lo que habían pasado de pequeños. Su padre había generado una gran fortuna y lo había ascendido a Comisario en el centro de Londres, así que tuvieron que cambiar de instituto, alejarse de sus amigos y de su casa, Penélope fue la peor en encajarlo, pero tuvo que aceptarlo, había intentado hablar y tener una buena relación con Marcos, pero fue imposible, este se quejaba de todo y de su manera de ser, pero él los había hecho así, fríos y distantes, Penélope vio claramente que a su hermano si lo trataba bien y pocas veces lo veía reñirle y Penélope sabía que era porque él era un hombre y su hermano acabaría sucumbiendo a ser policía como habían hecho todos los hombres de la familia, lo odiaba con todo su ser.
Habían pasado los años y las cosas se habían calmado bastante, su madre vivía en su burbuja donde se había convertido en la esposa sumisa que no se quejaba de nada y no tenía cerebro, solo organizaba tardes de lectura con té y Bizcocho, esto repugnaba a Penélope, ella y su hermano solían escucharlas a escondidas y reírse de aquellas mujeres. Carlo había cumplido los veinte años y estaba a punto de entrar en la academia en solo una semana por eso Penélope aprovechaba con él el máximo tiempo, estos salieron al jardín y se sentaron en la mesa donde daba el sol, se mantuvieron en silencio durante un tiempo, Penélope miro a su hermano con orgullo, su hermano era muy parecido a ella, aunque ella era pelirroja como su madre y él era castaño como su padre, los ojos compartían el mismo color azul, su hermano tenía la mandibula marcada y ella la cara más ovalada, Penélope tenía pecas a lo que su hermano no, el siempre llevaba una barba incipiente, tenían los mismos labios carnosos y rosados, la nariz de su hermano era pequeña pero la de ella aparte de ser pequeña era respingona, quería mucho a su hermano aunque no se lo dijera con la suficiente frecuencia y ahora que él se iba a ir y la iba a dejar sola en aquella casa se sintió vacía.
— Esta noche voy a decirles a lo que realmente me quiero dedicar, estoy a punto de entrar en la universidad y no quiero estar en una simple oficina poniendo sellos, quiero estudiar artes, llegar a ser una gran actriz o quizá una escritora respetable. — Su hermano la miro con orgullo, le dedico una sonrisa y apoyo su espalda en el respaldo de la silla viéndola mejor, esta espero sus palabras. — No esperaba menos de ti, que acabaras como mama... — Los dos rieron y poniendo una expresión de asco. — Sabes que papa se negara y ella le apoyara, así que tienes que estar preparada para luchar contra marea, está claro que yo te apoyo, pero no sera suficiente si no lo soportas, yo me voy en una semana y no estaré aquí para protegerte. — Ahora los dos se pusieron tensos. — Estaré bien, solo me costara un poco adaptarme a tu ausencia, siempre lo he ignorado ahora no sera diferente, pero sé que esta noche todo volverá a cambiar y me da miedo, él no me tomara enserio nunca solo por ser mujer Carlo y eso es difícil de llevar, no sé qué... — Las lágrimas comenzaron a salir de los ojos de Penélope, el azul se volvió más intenso con los ojos de Carlo que la miraba con dolor, se acercó a ella rápidamente y la abrazo con cariño como cuando lo hacía cuando eran niños, Penélope lloro en los brazos de su hermano como si aun tuviera ocho años.
— Cuando estes mal llámame ¿De acuerdo? Siempre estaré para ti, eres mi hermana, mi mejor amiga, eres todo Penélope, todo saldrá bien. — Se quedaron ahi un rato más abrazado hasta que Penélope
se calmó del todo, debían prepararse para la cena, Penélope estaba nerviosa, hoy se abría una nueva brecha que la separaría más de sus padres, pero no dejaría sus sueños de lado, era el momento de ser ella misma y dejar de tener miedo.Eran ya las ocho y la cena estaba servida, su padre ya estaba sentado presidiendo la mesa, su hermano y ella llegaron a la paz y se sentaron mientras su madre servía la comida, estos se miraron cómplices, esperaron a que su madre se sentara para comenzar a cenar, la cena avanzaba solo con las preguntas que hacía Marcos a Carlo, hubo un momento de silencio y Penélope aprovecho para hablar. — Quería informaros de que ya envié las solicitudes para las universidades, hay algunas que ya he recibido respuesta y entre ellas la que a mí me interesaba, mis calificaciones son muy buenas y estoy entre los tres primeros para entrar dentro de tres meses. — Oh, Hija eso es estupendo, la administración se te da de maravilla, quizá puedas ser una gran secretaria o una buena oficina como administradora. — A Penélope se le revolvió el estómago con el comentario de su madre, su padre la miraba esperando que continuara, esta le plantó cara ante la mirada nerviosa de su hermano. — No es para administración, si no para artes escénicas. — Se hizo un silencio sepulcral y todo exploto cuando su padre se levantó de golpe de la mesa y le señalo con el dedo.
Ares subio rapidamente cubriendose y apuntando con su pistola a todas partes, conforme avanzaba encontraba los cadaveres de su guardias, busco por las habitaciones, ya no se escuchaban disparos, llego al salon y tres hombres de la policia especial ahora que lo habian visto apuntaban hacia el, a estos no se les podia ver el rostro y su rostro aplacada no dejaba reconocer si era con el que habia estado con Penelope, si era su ex-compañero al que habia disparado, uno de ellos se quito el casco y pudo ver que era Carlo, mas policias comenzaron a entrar, llevandose a los detenidos y comenzando a identificar a los muertos, Ares se quedo estatico, bajo el arma poco a poco, otro de ellos se quito el casco y ahora si pudo ver que era al que disparo, al que habia investigado y resultaba ser el amante de Penelope, la furia lo golpeo de nuevo como una tormenta, su corazon comenzo a latir con demasiada fuerza. — ¿Donde esta? — Tae pregunto serio, estos no se quitaban la mirada, los dos estaban furi
Ares habia visto como Penelope perdia el conocimineto pocoa poco se apresuro a cogerla gritando su nombre, esta cayo a sus brazos incosciente, Ares la llevo de vuelta a la habitacion, pidio un medico urgente, este llego en los siguientes minutos, el medico pidio un poco de espacio y privacidad, todos salieron de la habitacion preocupados, Jaden habia llegado despues ya que no se encontraba en las instalaciones. — ¿Que es lo que a ocurrido? — Pregunto Jaden preocupado, la ultima vez que ocurrio esto ella estaba desnutrida, asi que quiza estaba pasando lo mismo. —Ella... se fue a pasear y...cuando fui a buscarla para contarle una cosa que a ocurrido con su familia estaba desmayandose... no se que pasa. — Ares estaba realmente preocupado pensando en lo mismo que Jaden, cuando el medico salio de la habitacion parecia tranquilo, este le sonrio a Ares. — No deben preocuparse, estas cosas podrian suceder mas a menudo en su estado, tendra nauseas matutinas y mal estar pero debe esperar y tene
Penelope baja a la planta baja, uno de los guardias la coge del brazo y la lleva al despacho los gritos no habian cesado, entro encontrandose una escena por parte de Catalina. — ¿Como puedes hacer esto? Se te a ido la cabeza del todo, ella no te quiere, te ha engañado desde el principio y... Desea matarte, se acos...— Penelope la interrumpio con una sonrisa burlona, esto enfurecio mas a Catalina. — Ares saco unos papeles del cajon y se los tendia a Penelope junto con un boligrafo, Penelope no entendia que era, asi que los cogio y lo leyo, se quedo perpleja al ver que era un acta de matrimonio con sus nombres, tiro los papeles sobre la mesa y sonrio incredula. — No los firmare, no nos huniera algo asi y mas cuando te deseo muerto, como te casarias con alguien que quiere matarte, vives con ella que lo intento y fallo... piensas que tenerla en la casa rondando me da miedo o celos... Eres patetico. — Penelope no pudo decir mas nada pues Ares la abofeteo partiendole el labio, esta se limpi
Habian comenzado a pasar los dias y Tae no aparecia, Penelope habia estado encerrada desde que hablo con Ares sin telefono ni nada por el estilo, decenas de guardias custodiaban a ella y la casa, Ares habia estado la mayoria del tiempo fuera y nisiquiera hablaban, habia intentado bajar al sotano cientos de veces para ver el estado de Luca pero no la habian dejado.En el octavo dia de estar encerrada, mientras estaba en el salon intentando entretenerse, escucho un portazo, Ares entro en su encuentro y tiro sobre la mesa miles de papeles y fotos, esta se tenso, con miedo lo miro y vio sus ojos inyectados en sangre, los nudillos blancos de hacer tanta fuerza. — ¿Como te atreviste? Realmente te crei en todo, eras una jodida policia secreta, ayudastes a tu hermano y destruiste mis escondites. — Ares se acerco a ella y la levanto del sofa bruscamente. — Mirame a la cara y dime que es mentira. — Penelope no dijo nada, Ares gruño de la rabia. — Trae a Luca. — Ares le pidio a un guardia que es
Ares la sento de golpe en la silla quitandole todo lo que llevaba encima y revisando sus pertenencias viendo si llevaba armas, Penelope se asusto, tenia miedo, habia creido que Ares no le haria daño hasta hoy, se sobo el brazo y lo miro, este parecia muy enfadado pero lo que mas le preocupaba eran las dos personas que estaban en el suelo de rodillas maniatadas y con muchos golpes en la cara, Penelope miraba a Luca, este estaba visiblemente dolido, la miraba con pena pues ya esperaba que Ares lo hubiera descubierto todo. Ares se quedo de pie y miro a las personas que estaban con el, dirigio su miraba a Penelope y suspiro. — Pensabas que no me enteraria de nada nunca... La verdad estoy impresionado, ¡desde cuando ustedes dos confabulan contra mi? Me he enterado de suficiente para sospechar, Luca no quiere colaborar por eso te tuve que traer aqui. — Ares no le quitaba la mirada furiosa a Penelope esta trago saliva y miro a Luca de nuevo. — No se de que estas hablando, tu eres el que me h
Tae esperaba a que Penelope comenzara a hablar, esta dejo el tenedor sobre la mesa y se recosto en la silla, se retiro el pelo que caia de su hombro y cogio aire. — Yo...Ayer cuando llegue a casa vi algo que no esperaba, asi que sali de alli inmediatamente y no se si quiero volver... — No queria dar mas detalles porque se podia malinterpretar al ver la cara de Tae confusa sabia que no lo dejaria pasar, intento seguir comiendo pero este no la dejo. — ¿Que fue lo que viste? Se que te hizo algo asi que deja de divagar. — Tae bebia de su cafe cuando Penelope decidio soltarlo. — Ayer cuando llegue a casa lo encontre con Catalina, ella estaba besandolo encima de el en el sofa y el no parecia resistirse, al parecer no soy suficiente, ya sabia que habian tenido algo pero de verdad me crei que me queria... Ahora ya no se que es verdad o que no... — Penelope miro a Tae ahora, este habia dejado la taza de cafe con brusquedad y la miraba enfadado, un silencio demasiado largo inundo la casa, esta
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