Durante todo el camino, Eve mantuvo el rostro oculto, como si estuviera aterrorizada.
Nadie sabía lo que esos hombres le habían hecho realmente, pero Eve parecía completamente destrozada, como alguien que se hunde en la depresión.
Angie quería gritarle a Dafe, culparlo, pero el miedo la frenaba. No quería ser el próximo blanco de su impredecible furia.
"Sal y llévala adentro. No te demores mucho, tenemos que volver al apartamento", ordenó Dafe fríamente.
Sin responder, Angie salió y condujo suavemente a Eve a su casa.
"Eve, lo siento mucho... por mi culpa, terminaste así. Te prometo que intentaré borrar ese video antes de que se difunda".
"¡Aaaaargh! ¡No! ¡Esa no soy yo en el video! ¡Soy una mujer decente, no esa persona!", gritó Eve de repente, histérica. Era como si hubiera perdido la cabeza. Se levantó y comenzó a destruir todo en la casa en un frenesí salvaje.
Eve vivía sola.
"Eve, por favor, reacciona. No hagas esto. Te ayudaré a superar esto, te lo prometo. ¡Pero tienes que ser