—Cuando estábamos en la casa antes, no fue mi intención soltarte la mano. Estaba tan enojado que no me controlaba, y quiero disculparme contigo.
Diego hablaba con seriedad, sus ojos oscuros fijos en ella.
Después de un momento, retiró la manga de su camisa.
—Mejor déjame aquí. Voy a enviar un mensaj