—Mamá, ¿Sería bueno que entráramos a la casa a comer así?
Preguntó suavemente Juliana, sosteniendo el brazo de Antonia.
Antonia la miró con los ojos entrecerrados: —No me digas. ¿Por qué me tiras con fuerza? Casi se rompe mi brazo.
Juliana hizo una mueca y soltó ligeramente la fuerza de su mano.
Aun