Juliana se volvió al escuchar la voz detrás de ella. Sostenía sus zapatos de tacón alto con los dedos de los pies desnudos, su cabello y su vestido estaban un poco desordenados.
A simple vista, tenía un atractivo que inspiraba compasión, como una muñeca de porcelana frágil.
Fue precisamente esta apa