En la casa Milano Salvatore.
Ysabelle consiguiendo la linterna.
—Aquí está —dijo colocando la linterna para mirar su celular—. Malas noticias: no hay señal.
—Dios mío —soltó Roberta desesperada.
—Tranquilízate, por favor —le pidió Alessia.
—¿Cómo quieres que me tranquilice? Si mi bebé nace sin luz, sin atención médica y sin su padre al lado —le respondió su amiga.
—Alessia ayuda a Roberta a subir las escaleras. Esta tormenta no se detiene y, para completar, es imposible salir así a la calle si nos pasa algo —comentó Lucia.
—Ysabelle, pásame la linterna para guiar a las chicas —le habló Stefania.
—Yo me quedo acompañando a Ysabelle —dijo Uma.
—Chicas, yo me voy con ustedes —habló Saori.
—Yo me quedo a ver qué más consigo —comentó Ysabelle.
Las demás chicas subieron las escaleras; al llegar a la habitación de Roberta, ella fue ayudada por Stefania y Alessia a acostarse en la cama.
Roberta acariciándose el vientre.
—Este bebé no tardará en nacer.
—Tranquilízate, por favor —dijo Alessia,