Treinta de junio.
En la casa Lombardo Rizzo.
Todas las chicas se encontraban ayudando a las festejadas en su día. Lucía se encontraba en la cocina terminando de preparar el pastel, mientras que Roberta estaba decorando la entrada con globos y cintas de color rosa y azul cielo.
Ysabelle estaba sonriendo.
—Sigue Roberta.
Roberta estaba molesta.
—Ayúdame un poco.
—Sí, ayúdala, deja de estar solo mirando —dijo Stefania, molesta. Su amiga Ysabelle no estaba haciendo nada.
Alessia terminando de pintar la pared con el nombre de Fania.
—Listo.
Stefania estaba maravillada.
—Alessia, te quedó hermoso.
—Roberta es la buena, solo me guío —aclaró Alessia sonriendo.
—Con esta pierna todavía mala, no puedo estar parada mucho tiempo; al menos sentada y uniendo globos es menos agotador —comentó Roberta un poco fastidiada.
—Ya casi terminas —comentó Stefania, feliz.
—Yo ya acabé con lo mío —anunció Alessia.
Lucía llegó con ellas.
—El pastel quedó espectacular.
—Qué bien —sonrió Ysabelle, feliz.
Lucía