En la clínica.
En la sala de espera.
Arnaldo cortando la llamada.
—Me acaba de avisar la sirvienta, se tuvieron que ir porque mi abuela se puso mal —comentó triste.
Lucía abrazándolo.
—Arnaldo, cálmate, verás que no es nada malo.
Arnaldo aceptando el abrazo.
—Gracias, Lucia, eres un amor.
Stefano saliendo de la habitación.
—Chicos, algo está pasando con Uma, no está bien, no me reconoce. Quiere verte, Lucía.
—¿Qué le pasa? —le preguntó Lucia alarmada.
—Sí, ¿qué tiene, cuñado? —le preguntó Arnaldo alarmándose.
—No me reconoce —le respondió.
—Voy a buscar a Alessia; ustedes dos vayan a cuidar a Uma —comentó Arnaldo.
—Sí —afirmó Lucia.
Ellos dos se reunieron con Uma, mientras Arnaldo estaba buscando a Alessia por todo el hospital.
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En la habitación.
—Lucía, qué bueno verte —dijo ella sonriendo—. ¿Y Arnaldo, sé que te gusta?
Lucía miró sorprendida; Uma le dijo esas mismas palabras solo unos meses antes de comenzar a trabajar en el restaurante.
—Uma, ¿cuánto tiempo tienes conociéndome?