En el lugar del accidente.
—Estúpido, ahora mi novio me va a matar —comentó Uma desesperada.
—¡Estúpida tú! —exclamó el hombre gritando.
—Mejor cuide lo que dice, fue usted quien le llegó a la señorita por detrás —le recordó el policía mirando a Uma—. ¿Se encuentra bien?
—No lo sé —dijo ella sintiéndose mal de repente.
—Voy a llamar una ambulancia, y usted —dijo él mirando al joven que se encontraba al frente—. Si algo le pasa a la joven, será su culpa.
—Yo, ¿por qué? —le preguntó rabioso.
—Vamos para la comisaría —habló el segundo policía.
—Me duele la cabeza —soltó Uma desesperada.
—Tienes una herida —comentó el policía preocupado.
—En realidad, me siento mal —dijo antes de desmayarse.
El policía agarrándola rápidamente para que no se golpeara.
—Esta joven está muy mal.
—Hay que llevarla a un hospital —comentó su compañero.
El hombre golpeó al policía y se fue huyendo en su auto.
El policía número dos le dolía la zona abdominal.
—Ese maldito.
—Luego lo atrapamos; yo me quedé con su