En la casa Greco.
En la sala
—Hermanito, qué lindo verte —le habló Stefano.
—Sí, cómo no —comentó Christopher divertido.
—¿Y mis cuñis cómo sigue?
—Mejor, la fiebre está cediendo, por fin —le respondió aliviado.
—Me alegro mucho, por mi cuñadita, ¿y el trabajo?
—Muy bien, como estuvo lloviendo, tuvieron que detener las grabaciones —comentó él.
—Qué suerte, hermanito.
—La verdad es que sí, me siento aliviado porque así podré cuidar a Ysabelle.
—Me alegro por ti, hermano.
—¿Y cómo va la relación con Uma?
—De maravilla.
—¿Tú y Uma ya han tenido intimidad? Te pregunto por qué siempre estás alardeando de esas cosas y ya tienes tiempo con ella, pensé que todavía no ha pasado nada con ella —le preguntó mirándolo con curiosidad.
Stefano estaba serio.
—Claro que sí, con Uma es diferente, yo a ella la amo demasiado. Es la mujer de mi vida, es mi razón de vivir.
Christopher estaba sonriendo.
—Aleluya, Stefano, enamorado.
Stefano estaba sonriendo.
—Felizmente enamorado.
—Me imagino que ella se e