La teniente Harrison realizó, entonces, un gigantesco operativo en las calles de la ciudad para atrapar a los satánicos. Lo primero que hizo fue una requisa en el diario "El Iluminado" llevándose los apuntes, los cuadernos, el disco duro del ordenador de McCloud y además ordenó abrir su casillero donde guardaba sus efectos personales, con el fin de reunir información clave de ese clan hambriento de sangre y que veneraba a los vampiros. Así obtuvo direcciones de los tipos que integraban esa secta malévola.
La ciudad se convirtió, entonces, en un gran campo de batalla. Los satánicos sabían que sus crímenes los llevarían, directos, al paredón y no tuvieron más remedio que morir enfrentándose a la policía. Ellos estaban bien armados, además, y casi todos esos sujetos eran tipos de mal vivir, hampones, delincuentes con amplio prontuario que aprovechaban las veneraciones a los vampiros y los cultos satánicos, también, para robar, matar y saquear casas y tiendas.
-Estamos en estado de