Hill estaba hecho una fiesta con todo el escándalo que había en las calles por la presencia de los hombres lobo y su furia desatada matando víctimas por doquier. Nos pedía muchas informaciones para la edición impresa y que subiéramos videos para la web. -¡¡¡Quiero noticias, noticias, noticias de los hombres lobo!!!-, nos pedía repetidamente eufórico y frenético en medio de la redacción, incluso hasta Waldo fue obligado a indagar sobre las bestias pese a que él trabajaba en deportes.-Todo aporte es valioso para encontrar a los licántropos.-, reclamaba Hill frenético.
Decidí peinar las calles esa madrugada y dar con los asesinos y demostrar ante la opinión pública que los satánicos eran los verdaderos criminales y no los licántropos. Los homicidios se desarrollaban siempre a esas horas que reinaba una oscuridad muy tupida y se hacían en zonas donde no habían cámaras de vigilancia, donde además pululaban sujetos sin techo. Waldo no sabía nada de eso. Tampoco Hill. Lo hice porque