Evelyn se apresuró a auxiliarla, soltando a Isaac, que en lugar de preocuparse por Fabiola, corrió tras su ex, alterado por la idea de que Edneris realmente estuviera embarazada.

— ¡Edneris! — la agarró del brazo con demasiada fuerza y la jaló.

— ¿Qué diablos te pasa? — ella se soltó de inmediato.

— Necesito que me digan la verdad, te lo exijo, sobre todo a ti. — la miró directo a los ojos.

— ¿Qué verdad? — preguntó Owen, aunque sabía perfectamente a qué se refería.

— Si estás embarazada, porque si lo estás, el bebé es mío, y quiero saberlo. — Isaac habló con desesperación.

Ambos, Owen y Edneris, se miraron entre sí sin responderle y continuaron su camino con total indiferencia, por más quejas y exigencias que Isaac lanzó detrás de ellos, ninguno volteó a verlo, Owen abrió la puerta del copiloto, dejó que Edneris entrara primero y cerró con seguro, previniendo que su hijo pudiera abrirla para sacarla. Luego rodeó el vehículo, se acomodó al volante y arrancó, acelerando con fuerza para