En confianza. 3
A Owen casi le dio un infarto cuando vio que la profesora comenzaba a repartir pequeñas cajas con jeringas entre los alumnos. Iban a realizar una práctica de inyección intramuscular, y si no hubiese sido porque era Edneris quien se la iba a aplicar, probablemente habría salido corriendo del aula sin mirar atrás. Esas cosas no le gustaban nada, por fortuna, solo era una dosis de complejo B12, nada grave, y la verdad era que ya hacía mucho que no se inyectaba vitaminas.
— Bien... — dijo Edneris con seguridad, mostrándole la jeringa con una leve sonrisa — Acuéstate en la camilla boca abajo. — le ordeno suavemente.
— Ya me estoy comenzando a arrepentir de esto... — murmuró Owen mientras soltaba un largo suspiro y se frotaba las manos con nerviosismo — No soy muy amante de que me metan agujas, y menos en una nalga. — la vio fijamente.
— Lo único que vas a sentir es el líquido, hazlo por el chupetón que me dejaste en el cuello ¿Sí? — sonrió con malicia, más que lista para cobrársela.
— ¿En