Aunque Alejandro le hizo una promesa de llevarla a casa, realmente no pudo cumplirla, porque Valentina nunca se despegó de él, y Gabriel, de Sofía. Fue un acto complicado, pero le sirvió bastante a Sofía, ya que fue conociendo gente poderosa del Grupo Duarte, que le tenían un gran cariño tanto a su hermano, como a Alejandro.

El lunes por la mañana, la tensión en el Hotel estaba a flor de piel. No había problemas, pero con los cambios que estaban por llegar con el nuevo jefe, el ambiente se sentía cargado. Sofía entró al Departamento de Cumplimiento, recordando toda la conversación que la acompañó durante el fin de semana. Debía odiar al hombre que era su jefe, y podía sonar una tarea sencilla, pero había un problema. Cada fibra de su ser anhelaba la cercanía de Alejandro.

Ni siquiera se habían vuelto a besar.

No tuvo que esperar mucho tiempo para empezar su trabajo de odio. A primera hora, el CEO apareció en el Departamento Legal, con una presencia imponente y deliberadamente fría. Au